Desidia y otras cosas.
Puedo hablar de la desmenusada hipocresía,
que lentamente fue entrando en vigencia,
entre tus largos letargos y mi amarga felonía.
Mezclada entre recuerdos de recordada ignominia,
entre amargos paisajes, de perdida soberanía.
Y así fueron pasando los tristes días,
contando tristezas y frías alegrías.
Que no fueron más que rezagadas fruslerías,
que fueron a colmar el resto de nuestros días,
en una mezcla de desfazadas rebeldías.
De aquellos días en que todo carcomía,
a aquel amor en contra de toda sodomía,
y por sobre todo, un buen golpe a la economía,
que a mis pobres bolsillos carcomía,
y mi alma lentamente deglutía.
Que pena tan grande ver a tan suntuosa,
y por demás muestra grandiosa,
de una enconada grandeza,
que fue a parar con toda y su nobleza,
en aquella noche asqueada de cerveza.
Para luego sucumbir a la estirada mediocridad,
y el mas profundo sentimiento de vanidad,
a causa tan solo de toda la oscuridad,
que reinaba dentro de aquella humanidad,
que cada vez iba cayendo más en la animalidad.
Y en esta noche de bajeza,
solo pido a su alteza,
que me baje la cabeza,
para así poder dejarme de la pereza,
y deshacerme de tanta bajeza.
que lentamente fue entrando en vigencia,
entre tus largos letargos y mi amarga felonía.
Mezclada entre recuerdos de recordada ignominia,
entre amargos paisajes, de perdida soberanía.
Y así fueron pasando los tristes días,
contando tristezas y frías alegrías.
Que no fueron más que rezagadas fruslerías,
que fueron a colmar el resto de nuestros días,
en una mezcla de desfazadas rebeldías.
De aquellos días en que todo carcomía,
a aquel amor en contra de toda sodomía,
y por sobre todo, un buen golpe a la economía,
que a mis pobres bolsillos carcomía,
y mi alma lentamente deglutía.
Que pena tan grande ver a tan suntuosa,
y por demás muestra grandiosa,
de una enconada grandeza,
que fue a parar con toda y su nobleza,
en aquella noche asqueada de cerveza.
Para luego sucumbir a la estirada mediocridad,
y el mas profundo sentimiento de vanidad,
a causa tan solo de toda la oscuridad,
que reinaba dentro de aquella humanidad,
que cada vez iba cayendo más en la animalidad.
Y en esta noche de bajeza,
solo pido a su alteza,
que me baje la cabeza,
para así poder dejarme de la pereza,
y deshacerme de tanta bajeza.