En una solitaria plaza del centro de la ciudad. Un hombre, con su ajado violin llenaba de magia el aire mañanero que empezaba a deslizarse por entre los rincones de la ciudad. Un aire de melancolía lo envolvia, Su inseparable compañero expresaba sus penas por él, lo consolaba con sostenidos y bemoles. Todo el pasado acudía a su mente, todo el presente se detenía, todo desaparecía, en ese instante solo la magia existía. Se volvían uno, los caminantes se detenían y arrojaban sus monedas, mas el no lo hacia por el dinero, el solo se comunicaba con el violin, hablaba con su alma...
Giro en la esquina, el sonido se hacía cada vez mas claro. Estaba desidida a encontrar el lugar de donde venía aquella melodía tan conocida. Todas las mañanas desde hacia cinco años lo había escuchado, entraban por la ventana de su departamento para inundarle el corazón de recuerdos. Porque no le podía olvidar, había pasado tanto tiempo pero su corazon se negaba a olvidarlo y ese violin siempre le hacía recordar, la misma melodía que el interpretaba siempre. Siempre pensó que la melodía que invadía su habitación por las mañanas era un simple engaño de los recuerdos, una simple ilusión producida por la melancolía. Mas hasta hoy se dio cuenta de que era él, era su violin no podia ser otro, no existía nadie que tocase así, él la estaba llamando y ahora ella quería acudir a ese llamado, ¿en donde estas?. Volvió a subir dos cuadras, cada vez se alejaba mas del sonido. Decidió regresar a su departamento. Bajo dos cuadras, faltando dos cuadras para llegar a su casa el sonido se hizo nítido, siguio avanzando, rodeo el edificio se dirigió a la plaza que estaba detras. Cada vez penetraba mas hondo la melodía en su corazón, todo desaparecía, ahi estaba el, seguía esperandola, seguía amandola como había prometido, seguía pensando en ella, seguía tocando por ella. Se quedo a una cierta distancia no quería sacarlo de aquel mágico trance. Cada nota tocaba tan hondo en su corazón, se preguntaba porque permitió que se fuera, por que no intentó. Su corazón latía cada vez mas fuerte. Lo amaba.
Fueron los segundos mas eternos. De repente, sus ojos la vieron como tantas otras veces la habían visto en sueños, magica, radiante, angelical. Avanzo hacia ella, puso todo su amor en cada nota que ejecutaba. Lentamente fue avanzando, la miraba a los ojos, podia ver su alma, podía ver que aún lo amaba, siguio avanzando, ella estaba inmovil, una lagrima rodaba por su mejilla. A unos pasos de ella bajo el violin, lo colocó junto al arbol que estaba ahi. Por mas de que fuese un sueño y como siempre ocurría al besarla desaparecía y volvía a la realidad, mas no le importaba, deseaba por lo menos robarle el roce de sus labios a aquel sueño. La tomo de la mano, ella lo miro a los ojos, tenía tantas cosas para decirle, llevaba cinco años soñando con un momento así y ahora no sabía qué decir, el la miro a los ojos, se acerco lentamente hasta casi rozar sus labios y puso todo su corazon, toda su alma en un te amo que se lo dijo mirandole a los ojos, ella respondió con un yo también te amo, no sabía si besarla o no ya que desaparecería, quería tenerla así por siempre, se fundieron en un beso. Ambos desaparecieron de la fantasía y aparecieron en la realidad...
