A veces busco destruirte
en un silencio tan ruidoso
que termino por escucharte en el olvido,
en un sonido tan agudo, tan potente, tan tuyo
que se desliza por mi piel
en un susurro melancólico
que acaricia mi ser.
Y te recrea, te recrea imperceptible
y lejana como la sombra de una silueta
en la lejanía del horizonte
que se pierde en el azul etéreo de tus ojos,
punto de fuga de mis ilusiones,
en donde todo nace y a donde todo regresa
con la pasividad de la mañana celeste.