Palabras de un enamorado...

Te extraño, te extraño en los simples recuerdos que ahora se agolpan a mi mente; extraño tus gestos, tus sonrisas y tus besos. Extraño tu cariño condicionado y tus abrazos espontáneos, extraño la frialdad de tu piel, que apagaba mi fuego. Extraño tus pedidos, que eran irrechazables. Extraño el peso de tu cabeza en mi hombro, extraño tu pequeña mano entre las mias. Extraño todo aquello que me retenía vivo. Extraño la punzada electrificante que hacia sucumbir mi corazón al darte un beso, o al estrecharte en un abrazo eterno, en el que mi vida pendia tan solo de la distancia que se produciría. Y ahora, en que todo eso se ha ido, y toma en su lugar la triste melancolia que todo lo empapa, en una peligrosa mezcla de amor-odio, solo quedan las hojas blancas, los espacios vacios, las lagrimas sin motivo, y el ardor extraño en medio del pecho, al pensar que ya no estaras conmigo. Si tan solo pudiese volver a esa tarde en que un simple encendedor me sirvio para darte una razon para seguir adelante, e intentarte explicar acerca de la relatividad de los resultados, por mas de que los mismos ya esten asegurados. Y asi poder decirte que tenias razon al decir que era imposible, y por dicha razon marcharme y hundirme en el olvido, antes de tener que recolectar muchos mas recuerdos, muchos mas dolores, y muchos mas amores. Mas el tiempo es el más sabio de todos, ya que con él trae la resignación y la aceptación, y mas todavia para un pobre corazon, que tan solo palpita por amor. El mismo se encargara de realizar su trabajo. A lo mejor a la sombra de los postreros dias, vuelva a sentir todas aquellas punzadas de mi alma, tan solo inducidas por tu mirada. Y asi, perderme en ella, hasta el final de mis dias...