La bitacora

La bitacora es el registro de un viaje,la narración de los hechos reales acontecidos. Es la descripción de cada momento fantástico y común de este gran viaje que no sabemos cuando termina...

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sábado, noviembre 20, 2010

Cómo encontrarte
bajo la luz de la luna radiante,
en la oscuridad desafiante
que te nombra oculta,
pálida, inaccesiblemente pura,
en el disonante eco mudo
que recorre mi fría soledad.


jueves, noviembre 18, 2010

Porque hueles a misterio,
mientras te deslizas ausente,
como gota de lluvia por mi frente.
Lento, suave, frío.
Como un recuerdo anónimo,
indiferente...

Sigues la ruta del dolor,
hacia el pasado sin retorno,
el corazón sin rencor,
solitario para atrás
camina, lento y seguro,
triste sobre el olvido.

La redención a la vuelta de la esquina,
acecha peligrosa en pos del olvido,
me aferro a tu recuerdo,
y al odio,
y al amor,
y a veces, al olvido...

Para volver a ti mil veces.

lunes, noviembre 15, 2010

Fragmentos incomprensibles (I)

Al tercer paso sacó el cuchillo de la funda. La tierra retumbaba bajo el ímpetu de sus pasos, que con decidida arrogancia iban en busca de la dignidad perdida, del sueño robado. La noche lo envolvía en una sombra terrible que chorreaba sangre y dolor. Lleno de polvo y odio avanzaba Lorenzo. Bajo el mango, en el catre, estaba Catalino. Era domingo. La borrachera ya se había encargado de no dejar testigos para esa hora. El pueblo dormía, igual que Catalino.

En el vasto silencio de la noche resonó un ay! desgarrado y mudo. El yvapará recorrió desde el cuello hasta el ombligo. La sangre tiñó el catre de rojo. Catalino pronunció el nombre del creador, mientras Lorenzo repitió el nombre de su abuelo, de su padre y el de su hijo. También el de la hermana Josefa y el Pa´i Aurelio, el de los niños sin padres y las mujeres viudas, el de los que murieron en las plantaciones, el de Atanasia Bolivar, la que murió en defensa de los niños y en el de su dignidad. Habló como hombre libre, como pueblo, como hermano, como humano. Acahay vio su último sufrimiento. En el momento en que se desplomaba Lorenzo sobre el cadaver, fue el último instante más feliz de la vida de un prófugo, paria y traidor, que ahora se convertía en el héroe de Acahay. Este mudo sacrificio, esta ofrenda desinteresada, amaneció el lunes. Sorpresa general. Se ordenó enterrar al traidor y velar al héroe. Murió Catalino, revivió Lorenzo.


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