Primero estoy yo, luego el vacío.
Aunque luego del vacío,
también suelo estar yo.
Perdido en la tristeza,
matando a la soledad,
estirando los segundos,
de la eternidad.
Y así, a veces estoy yo,
luego el vacío.
Aunque a veces existe
antes de mi y precede
a la soledad.
Al final siempre está el vacío, luego yo.
Que ya soy parte del vacío,
el mismo que se va metiendo en el hartazgo
de soledad y la falta de cariño,
en este sueño vivo y esta esperanza muerta.
Que en vez de matarlo,lo fortalece,
entre mis dudas...y tu indiferencia.